Alumnos agrediendo, tanto verbal como físicamente a profesores, desgraciadamente es un hecho que ocurre en las escuelas. Pienso que la expulsión o castigos no es una forma de erradicar el problema sino de aplazarlo para más adelante, de la misma menera que pienso que es un error meterlos en aulas diferenciadas del resto del alumnado, pues esto puede llevar a la frustración, un arma muy peligrosa.
Quizás la solución más apropiada seria la de llamar a una educador/a social y sea esta la que medie entre las dos partes, profesores y alumnos, un educador no es un psicólogo por lo que deberá encontrar una solución indagando en cual es el verdadero problema, para así intentar erradicarlo y sembrar la paz entre ambas partes.
Por otro lado, veo apropiado que la educadora no hable con ambas partes de forma individual, sino que tendria que encontrar un espacio para que tanto estos alumnos como los profesores puedan argumentar su punto de vista y como están viviendo la situación, para así lograr agudizar la empatia.
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